lunes, 19 de marzo de 2012

¿Hay repetición en la creación?

El propósito de pensar la creación, desde la topología, guió mi investigación en torno a dos preguntas.
1) ¿Hay repetición en la creación? ¿Cuál es la primera vez? ¿La creación, se produce, o se re-produce?
2) ¿Se podría pensar que topológicamente “la creación adviene en el falso agujero de los dos toros con el “NO” sin autor del traumatismo despejado?”


De manera que en la primera parte de este trabajo, presento un recorrido acerca del estatuto de la inexistencia, tomando la serie “Inexistencia, Cero, Nada, Vacío “
Y en la segunda parte, algunas puntuaciones acerca del “NO” diferenciándolo de la negación, un “NO” fundante que dice “No” a la inexistencia, y que fundamenta la exterioridad de la afirmación.
Lacan plantea que no hay enseñanza más que matemática, lo cual lleva a otro estatuto del escrito, diferente del planteado de entrada.
Es decir, hay una relación respecto de la letra, en el campo matemático, con un lugar en el que no se puede escribir cualquier cosa.
Y define en el seminario “Ou pire”, lo real, como lo que comanda toda la función de la significancia.
Es como significante que se realiza la sexuación, fi de x es la función de la castración.
Y dirá que todo lo que se articula del significante cae bajo el golpe de fi de x.
Es en el seminario XVII, que planteará que “hay una relación primitiva entre significante y goce
Este es el viraje, respecto del binario “tyché y automathón” del seminario XI.
De manera que, habrá un cambio en la conceptualización de la repetición.
De definirla como el encuentro con lo real, pasará a demostrar que la división entre el campo significante y el goce, no es tal, sino que “no hay goce que no sea por la entrada del significante”.
Es decir, habrá “una sintaxis significante que es goce, introducido por el saber”[2]

Y definirá también aquí, al goce, en tanto “plus de gozar”, de manera que la repetición, tiene por función, producir ese plus. (Entendiendo la repetición a nivel del discurso del amo)
Recordemos que en este seminario, el viraje en su enseñanza será el lugar que le asigna al sujeto y a la estructura.
La estructura no será ya referencia de lenguaje, sino de discurso. Por eso hablará de “estructuras de discurso”, y las formaciones del inconsciente, dependerá del discurso que se esté empleando.
“El arte de producir una necesidad de discurso, requiere de una necesidad lógica”[3].
Esto lleva a considerar “lo previo”. Pero, falto de demostración, lo previo se considera como anteriormente inexistente.
Es decir, la inexistencia, como previa a lo necesario.
En el principio del síntoma, está la inexistencia de la verdad, en el automatismo de repetición, (automatismo como inexistencia de goce), estaría ese “pataleo”, como salida hacia la existencia.
No se trata de lo inexistente, sino de una “suposición de inexistencia”, que es la consecuencia de la producción de la necesidad.

Estatuto de la inexistencia.

La inexistencia es un número designado por cero.
La inexistencia no es la nada.
Es un número que forma parte de la serie de los números enteros de la que no habría teoría si no se diera cuenta de lo que ocurre con el cero.
Frege, contemporáneo a Freud, interroga lógicamente el estatuto del número, y esto nos interesa, con respecto a la necesidad lógica del discurso del análisis.
El uso que Frege hace de Die Bedeutung (denotación), es en oposición al término Sinn (proposición).
¿Qué se necesita para que una palabra denote algo?

Esta necesidad après coup, implica la suposición de lo que inexiste como tal.
Al interrogar al número entero, Frege ha sido conducido a fundar el número 1, sobre el concepto de inexistencia.
El número en tanto hace signo, tiene otra existencia que simplemente designar.
¿Cuál es la emergencia del 1?
Leibnitz, parte de la identidad, obstáculo que perciben rápidamente los lógicos del siglo XIX, entre otras cosas, por que descuida el fundamento del cero.
Entonces Frege, regresa a la concepción del concepto en tanto vacío, no de nada, ya que el cero, es concepto de la inexistencia.
Cero es la verdad de la falta.
A diferencia de Leibnitz, Frege constituye la noción de que el concepto “igual a cero”, da un número diferente.
No hay identidad, lo considerado idéntico a cero, es ya su sucesor., y como tal, igualado a 1.
El 1 comienza a nivel que hay 1 que falta.
Hay una existencia a partir de un afuera que solo existe no siendo.
1 como significante de la inexistencia, (como 1 que falta)
Lo que repite, es la inscripción de la inexistencia, el 1 que se repite, surge de la no diferencia entre todos esos ceros, como repetición del 1, en tanto significante de la inexistencia.
Y el fundamento de la inexistencia, sería la existencia de un afuera, (ex_sistere) que solo existe no siendo.
Por eso no hay un solo 1, (el 1 que se repite, y el 1 de la serie de los números enteros) (el 1 del conjunto, y el 1 del elemento.)
El “Trazo unario”, es distinto a “Hay el Uno”.
El trazo unario, es aquel en el que la repetición se marca como tal.
No hay en la repetición una primera vez.
¿Cuál es la primera?
El primer 1 que se designa como distinto, y no como marca calificativa, comienza con su falta.
La nada, como puerta de entrada  que se designa de la falta.
De allí, del lugar donde se hace un agujero, ese algo que es el fundamento del “hay el uno”, que puede haber el Uno, en la figura de una bolsa, que es una bolsa agujereada.
El trazo unario, es el soporte de la identificación imaginaria (Estadio  del Espejo) que se opera según el modelo óptico como “yo ideal”, por una marca simbólica.
Libreto fantasmático que contiene la cifra del origen del fantasma originario.

Puntuaciones acerca del “NO”.

En los orígenes de la neurosis está el trauma.
Si despojamos al trauma  de la envoltura fantasmática del sujeto, el trauma se reduce a un “NO”.
Un “NO” sin autor, como el modo en que el lenguaje se injerta en el evento pulsional.
Un “NO”, que funda la exterioridad de la afirmación, y que por su exterioridad, habilita a que el goce tenga otra existencia.
Por eso en “Ou pire”, se muestra el accionar de otra lógica, (no la del fantasma, sino la de lo real, que deberá ser leída inversamente, hacia el fantasma, entendiendo al fantasma como lo que se cree causa, origen.)
Presenta aquí Lacan, el espacio topológico.
El número como pasaje de la gramática a la lógica.
Pareciera buscar a lo largo de su enseñanza el lugar donde la falta en tanto letra y número, repite.
Como dirá Susana Toté, “lugar  donde la creación “reproduce”, “se re-produce”[4]
Un “NO” fundante que dice “NO” a la inexistencia.
Un “NO” que crea...el falso agujero de los dos toros.
¿Se podría entonces pensar que topológicamente la creación adviene en el falso agujero de los dos toros con el “NO” sin autor del traumatismo despejado?
Un “NO”, en relación con la falta del Uno, y no con la “falta –en-ser”
El panorama que Lacan abre con “Ou pire”, es el vacío de los tres puntos suspensivos. Ese vacío es lo que se llena con “dire”, y en el que se diga, aparece el “a”, como conjunto, parte del conjunto vacío. El “a” como objeto, como elemento, como parte.

 01/12/2004- Por Gabriela Trapero



[1]Susana Toté. “¿Qué es lo que impide hacer el amor solamente con palabras?” pág. 4, publicación de la P.P.S, Bs.As.., 2002

[2] Lacan, Jacques: Seminario “El revés del psicoanálisis”, Cáp. 3 “Saber como medio de goce”, Ed. Paidós

[3] Ibíd.
[4] Susana Toté. “¿Qué es lo que impide hacer el amor solamente con palabras?” pág. 4, publicación de la P.P.S, Bs.As.., 2002


Bibliografía

Susana Toté. “¿Qué es lo que impide hacer el amor solamente con palabras?” , publicación de la P.P.S, Bs.As.., 2002

 Lacan Jacques: Seminario 19: “…óu pire”, inédito

Lacan, Jacques: Seminario “El revés del psicoanálisis”, Ed. Paidós, Bs.As.


No hay comentarios:

Publicar un comentario